Caminando como gata solitaria que soy,por las calles de la ruidosa ciudad.Buscando cobijo en algún rincón para sentirme segura.La gente me da miedo,no lo puedo evitar.La mitad del tiempo no me ven,pero cuando lo hacen,sus miradas acusadoras me atraviesan dejándome un escalofrío atravesándome el cuerpo.Siempre supe que era diferente.Soy la gata negra que trae mala suerte,que si te cruzas con ella en un día acabará mal y mejor alejarse. Me deslizo por un callejón sigilosamente,cuidadosa de que no me vean,no hay nadie salvo la compañía de otros gatos callejeros,almas desdichadas sin hogar ni calor familiar,tan independientes,tan egoístas,pero al menos tienen algo que es únicamente suyo: la libertad,que es su orgullo,todo su ser.Con ellos me siento entre familia.Después me siento saco mi libreta intentando plasmar mis sentimientos en el papel pero me es inútil,no me sale nada.Entonces empiezo a desahogarme entre llantos silenciosos que nadie escucha,solo se encuentran los felinos y las sombras acechando.Entonces lo recuerdo todo.Recuerdo lo que soy.Me seco las las lágrimas.Las gatas no lloran.Las gatas son valientes.No me lo puedo permitir.Debo seguir lo que me dicten mis instintos.Soy una gata y la cazadora soy yo,no ellos.Mis llantos me han hecho fuerte.

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